miércoles, 28 de abril de 2010

Capital Europea de la Cultura, gran evento cultural para una ciudad

La designación de una ciudad europea con la distinción de Capital Europea de la Cultura es la más importante nominación oficial que una ciudad puede conseguir en el ámbito de la cultura.

La acción comunitaria de la designación de una ciudad como Capital Europea de la Cultura nace en el año 1985, por iniciativa de Melina Mercouri, Ministra de Cultura de Grecia, representante en el Consejo de Ministros de la Unión Europea. El título fue concebido para contribuir al acercamiento de los pueblos europeos.

Hasta el año 2004, las ciudades europeas de la cultura eran designadas sobre la base intragubernamental; los estados miembros seleccionaban unánimemente las ciudades más aptas para organizar el evento, el cual era patrocinado por la Comisión Europea, que garantizaba una ayuda para la ciudad escogida cada año. A partir de 2005, según lo establecido en la Decisión 1419/1999/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de mayo de 1999, por la que se establece una acción comunitaria en favor de la manifestación “Capital europea de la cultura” para los años 2005 a 2019, las instituciones europeas toman parte en el procedimiento de selección de la ciudad que será nominada para organizar el evento. Es por tanto la Unión Europea, mediante Decisión del Parlamento y el Consejo, la que otorga anualmente a ciudades de los Estados miembros y de terceros países la distinción de Capital Europea de la Cultura.

El objetivo de esta Decisión de la Unión Europea es que cada año una ciudad de un Estado miembro, con un especial programa de actividades culturales, asuma el compromiso de resaltar la riqueza, la diversidad y los rasgos comunes de las culturas europeas, así como de contribuir a un mejor conocimiento mutuo entre los ciudadanos de la Unión Europea. Según lo establecido en a Decisión 1419/1999/CE, en el año 2016 corresponderá a una ciudad española ser Capital Europea de la Cultura, debiendo las ciudades interesadas presentar su candidatura en el mes de julio del año 2010.

Desde la primera celebración de la Capital Europea de la Cultura en Atenas, en el año 1985, ha ido creciendo el prestigio que significa para una ciudad ser designada Capital Europea de la Cultura. El número de visitantes que han conseguido atraer las ciudades designadas, evidencia la importancia que el título tiene entre los europeos y el atractivo que le da a las ciudades, lo que le ha devenido a éstas un importante impacto cultural y socioeconómico.

El carácter duradero de la manifestación Capital Europea de la Cultura es uno de los desafíos importantes de la nominación: no se debe considerar la manifestación como un fin; se trata más bien de un trampolín o un catalizador para alcanzar un objetivo a largo plazo. Las ciudades candidatas deben ser conscientes de que el coste de la organización de un acontecimiento de este tipo no permite considerarlo como un acontecimiento puntual, sin considerar una visión a más largo plazo.



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